jueves, 27 de noviembre de 2008

Sin tuenti no eres nadie.



No sabía de qué hacer una entrada y mientras pensaba, para variar, me he metido al tuenti. Y es que la dichosa página de amigos, amigos de amigos y demás historias, se ha convertido en algo imprescindible para cualquier joven de hoy en día. ¿Hay algo más de moda que eso? Primero fue el fotolog, pero esto lo ha superado con creces. Hasta aquél que decía que nunca se haría fotolog se ha hecho tuenti con la excusa de que "esto sólo lo pueden ver sus amigos". Hasta Rajoy se hizo un tuenti personal en la campaña electoral.


Pero no nos engañemos, sirve igual para cotillear las vidas, anécdotas y modelitos de todos nuestros conocidos y de sus allegados y, por supuesto, para tratar de enseñar la mejor parte de nuestras propias vidas, anécdotas y modelitos. Cualquier cosa que hagamos que pueda tener cierto interés tendrá su repercusión en la página, ya sea mediante la típica foto, mediante un vídeo enlazado en youtube o con una simple entrada en nuestro tablón. Y aunque no tenga interés pues también, ya que nos cambiamos nuestro estado con una frecuencia increible para poner en él cualquier gilipollez, canción, o lo que sea que nos venga en gana. Pero nos lo pasamos bien. Y con la principal ventaja de que ponemos todo cuanto queremos cuando queremos.

Si tuviera que destacar algo del tuenti sería lo de las etiquetas. Empiezas etiquetándote en las fotos en las que sales tú, luego te etiquetan también en las que puedas tener cierta relación (es muy clásico que tus amigas te etiqueten en una foto en la que tú no sales y acabes siendo el pan de la cena o el árbol de al lado), y luego ya en cualquier imagen graciosa que puede tener algo que ver contigo. Y son las típicas fotos en las que se etiqueta todo el mundo y que acaban teniendo mil y un comentarios estúpidos que te ponen de los nervios porque no tienen ningún tipo de sentido. Y, reconozcámoslo, cuando nos sale algo en verdecito como que no lo hemos leído nos hace ilusión, pero cuando vemos que es un típico comentario sinsentido nos entra un bajón generalizado. Pero casi nunca tenemos el valor de desetiquetarnos, porque eso queda feo y luego cuando nosotros ponemos una foto así, nos gusta etiquetar a todos nuestros allegados.

Pero para fastidio está lo de los eventos. Que está muy guay poner las cenas de clase o las quedadas con amigos por ahí, porque al fin y al cabo entramos más en el tuenti que en nuestro correo electrónico, pero de ahí a que cualquier cosa se convierta en evento y todo para conseguir el récord (récord de culés, récord de personas que beben alcohol, récord de personas en general...) o a favor o en contra de ciertas cosas que pueden ser más o menos importantes pero, seamos realistas, a través del tuenti precisamente no conseguiremos que nada cambie. Por eso, yo he aprendido a emocionarme sólo cuando tengo comentarios normales o mensajes privados, que esos siempre son más o menos importantes y sí que hacen verdadera ilusión.

Para terminar diré que yo amo al tuenti, sí. Pero no tanto como para que mi vida social dependa sólo del número de visitas que tenga en comparación con mis amigas ni para caer en una grave depresión si un día no tengo nada (no exagero, conozco a gente así). Eso sí, ¿y lo divertido que es ir de tuenti en tuenti investigando? ¿y ver las fotos que se ponen las chiquillas de quinze años en plan modelos profesionales? Son esas mismas que firman a todo el mundo diciéndoles que les quieren para que la gente les devuelva los comentarios. Y reirse de todo eso con las amigas, cuando muchas veces hacemos sino lo mismo algo parecido, eso sí que no tiene precio.





No hay comentarios: